11.21.2010

Bífida y trífida.


Gracias por la paciencia. Como prefiero calidad antes que cantidad, a toda la fanaticada le agradezco la espera. El Venadito ha vuelto. Sin embargo, para que no me montoneen, no vuelvo sola. Es necesario darle un cauce decente a este blog; por tanto, recurriré a la inmoralidad, arrebatos, tormentas, violencia, carnalidad, lenguaracidad y sanguinareidad de ni más ni menos qué...

Satana Timbales.

La Satana es una maravilla. Ella sí se expone con la tercia en un juego de viuda, en tanto que el Venadito no toca sin tener por lo menos un full. Donde el Venadito finge decencia, la Satana se vuelve demencia, se incendia.

Volvemos, por partida doble. Con el triple de torceduras psíquicas. Con el cinismo necesario de quien llega tarde. Como turistas del desastre. Con una menor dosis de racionalismo -si es que alguna vez lo tuvimos-. Ofrecemos la fascinación que acompaña a los autodestruídos y a los morbosos.

Evítese los reproches a las que suscriben por haber tardado tanto. A otra zorra con ese mink. Mejor vamos entrando en materia. Y antecedemos, porque aquí no se responde chipote con sangre: cualquier parecido con la realidad -que cada vez se está poniendo más rara- es culpa de la Satana Timbales.